martes, 16 de septiembre de 2008

"Superman II": El héroe frente al espejo


Por Ibán Manzano.

Permitídmelo, voy a ponerme nostálgico. Si hay algo que detesto del nuevo Batman es su empeño en jubilar los esquijamas. En su lugar, han decidido sustituirlos por un nuevo traje, aleación de no-sé-muy-bien-qué materiales que se han sacado de la manga y que, al parecer, posee propiedades para burlar la gravedad. Me gusta más, al menos en este sentido, Superman. Él no necesita excusas para volar. Así pasaba en Superman (Richard Donner, 1978) y en Superman II (Richard Lester, 1980). Caligráficas adaptaciones de lujo del cómic. Puede que no tuvieran la cabeza tan bien puesta como las últimas versiones del subgénero, pero a cambio el corazón lo llevaban muy bien colocado.

Ya sabemos que la principal diferencia entre ambas películas (la I y la II) es la sustitución de un Richard (Donner) por otro (Lester). Hay aquí un juego de matices importante. Superman es una película marcada por una inflexión de voz, la de Marlon Brando (icono todopoderoso), que le mide el pulso a su hijo pródigo. La película de Donner ilustra el origen del mito, desde que es el hijo algo freak de unos granjeros tejanos hasta que se convierte en superhéroe legendario, oculto bajo ese aspecto de protagonista masculino de screwball comedy, es decir, bajo el alias de Clark Kent. La segunda película, Superman II, añade un matiz importante, la madre cobra mayor presencia. Estoy firmemente convencido que Superman II no es una cinta inferior, sino un desvío femenino, en el mejor sentido del término -también en el más tópico, entiéndaseme-, del original.

¿Y de qué manera? Superman es una declaración en firme de amor de Donner a su personaje. Lester, en cambio, parece darse cuenta de algo. Superman es una película irrepetible, es imposible mantener la ingenuidad del personaje -Superman es el más cándido de los superhéroes-, sin acabar desvelando su naturaleza kitsch. Así que aplica al modelo unas cuantas dosis de autoironía. Cierto que el humor de Lester no es especialmente brillante, pero a cambio es necesario para descargar el relato. ¿Resultado? Una delicia camp, ligera que no menor.

En un giro todavía más femenino, Lois Lane cobra un protagonismo mayor en esta secuela, pasando de apunte necesario para la historia –la chica del héroe-, a contracampo para definir al mismo. Ese largísimo paréntesis de Superman II en forma de comedia romántica, no es en realidad una bajada de ritmo como a veces ha querido entenderse, sino la perfecta confrontación de Superman respecto a su propia humanidad. Hay una secuencia brillante, en este sentido: Lois Lane se arroja al agua convencida de que su colega Clark Kent es en realidad el hombre de acero. Clark se las arregla para salvarla sin desvelar su auténtica naturaleza. Ella, entonces, le reprocha con absoluta decepción: "Resulta que al final no eres Superman". La película acaba de cifrar uno de los mayores temores de lo masculino, la posibilidad –certeza- de la desilusión, del fracaso, de no ser, como creemos que somos, superhéroes. Ahí está la clave. Superman es la película sobre la forja de un mito, Superman II es su toma de conciencia. Su salida de la burbuja, el fin de su solemnidad. El mito autárquico, obligado a reflejarse en el espejo, a mirar al mundo (Lois), que hasta el momento no pasaba, como él, del mero arquetipo. Superman II es la película de una desilusión, la crónica de la decepción de una leyenda cuando descubre que no basta con ser un superhéroe para evitar el fracaso.

P.D.: Y es quizás así se pueda entender la debacle de los dos Supermanes posteriores (III y IV). Superman III (Richard Lester, 1983) fusiló al personaje al presentar como villano a un cómico de la época, lo que vulneró cualquier equilibrio. Superman IV: En busca de la paz (Superman IV: The Quest for Peace, Sidney J. Furie, 1987) presentó a Clark preocupado por el devenir del planeta Tierra, reconvirtiéndolo en el boy scout que siempre ha sido. Aunque eso sí, un boy scout, al que le robaríamos el dinero del almuerzo, después, por supuesto, de reírnos de él.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, aunque reconozco que cuando era un enano flipé con "Superman 4". ¡Esa lucha contra el Hombre Nuclear...!

Es un blog cojonudo.

Jesús D.

Desperdicios dijo...

Pues sí, Ibán es una nueva incorporación. Además, es el guionista y codirector (a pachas con Alejandro Álvarez) del cortometraje llamado, precisamente, "El extraño amor de Clark Kent" (2008).

Desperdicios dijo...

By the way, ¿sabían que han editado un montaje de Richard Donner de "Superman II"? Al parecer, éste comenzó a rodar el film y, bien mediado el rodaje, fue sustituido por Richard Lester.

Donner y los Salkind, los productores del asunto, habían planteado el primer "Superman" como una película de más de tres horas, pero, al final, decidieron de común acuerdo dividir la aventura original en dos capítulos. Cuando Donner llevaba filmado, aproximadamente, el 70% del material, y ante la firme negativa de éste de potenciar el lado cómico del personaje, los Salkind lo despidieron y fue reemplazado por Lester. Por lo visto, esta es la razón (el despido de Donner, cuando, según lo rodado, ya era legalmente una película "dirigida por Richard Donner") de que apenas aparezca Lex Luthor y nunca jamás Jor-El (que es sustituida por su esposa Lara, madre de Superman).

Sin embargo, la versión de Lester, ya sin abundante material de Donner, es, en mi opinión, extraordinaria, la mejor de la tetralogía. Hoy Lester cotiza muy bajo entre los aficionados (esto es algo que, sinceramente, me resulta del todo inexplicable), pero Donner tampoco es ya el realizador de cintas admirables y modélicas, como "X-15", "La Profecía", "Lady Halcón" o el primer "Superman"; más bien al contrario, se ha convertido en un impersonal director del cine de acción más anódino, a la manera de John Badham, Renny Harlin o Stephen Hopkins: "Conspiración", "Asesinos, la saga de "Arma Letal"... Por no hablar de las penosas "Los Fantasmas Atacan al Jefe", "La Fuerza de la Ilusión" o "Maverick", entre otras.

Así que: ¿qué versión es superior? Ya veremos.

Anónimo dijo...

Mi primer post en Emergentes. Que ilusión

(y muchas gracias por las palabras... de todos... de todo)

JJ Perfecto Idiota dijo...

Ibán, me han dado ganas de ver Superman I, II, III y n, a pesar del asco que les he tenido siempre. Eso sólo puede querer decir que me has persuadido.

BIENVENIDO A EMERGENTES

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Además, me ha hecho recordar aquel gran monólogo de David Carradine en "Kill Bill". Y a mí la serie de "Superman", o al menos estas dos primeras películas, me parece muy buena.

Anónimo dijo...

Gran artículo, Ibán, se esperan y se necesitan más colaboraciones tuyas. Un gran análisis y muy bien escrito. A mí también me están entrando ganas de verlas, pese a que Superman es mi superhéroe más odiado.

lulazo dijo...

Muy buen artículo, sin duda. Soy un gran fan de las segundas partes, y sobre todo de las de Superman y Rocky.