En los primeros años 40, cuando el franquismo no había barrido aún con el humor esgrimido por la otra generación del 27 (aunque ya comenzaba a dejar algunos cadáveres artísticos: cf. Eduardo García Maroto), que, por otra parte, tanto le había apoyado, Miguel Mihura y Antonio de Lara Gavilán, Tono, pergeñaron al alimón la desopilante Un bigote para dos (1940), realizada a partir de las imágenes de un ignoto film alemán y con unos nuevos y muy delirantes diálogos escritos para la ocasión. El film, en la línea de Celuloides rancios (1933) y Mauricio, o una víctima del vicio (1940), las experiencias cinematográficas de Enrique Jardiel Poncela, es una feliz muestra de ese nuevo humor (libre de retórica y cursilería, antidogmático y disparatado, gozosamente inverosímil) y puede verse como una película antecesora de Lily la trigresa (aka Woody Allen, el número uno, What´s up, Tiger Lily?, Woody Allen, 1966) y divertimentos posteriores.
Tono volvió a dirigir, ya sin Mihura, con Una canción de medianoche (1947) -film en verdad insólito, con numerosos elementos que lo acercan al cine fantástico- y Habitación para tres (1952) -en el que adaptó su propia obra Guillermo Hotel- y, durante los años siguientes, simultaneó sus actividades como dibujante, comediógrafo y periodista con guiones para Ladislao Vajda (Barrio, 1947), García Maroto (Tres eran tres, 1954), Ana Mariscal (La quiniela, 1960), Pedro Lazaga (La cuadrilla de los once, 1963) o Summers (Adiós, cigüeña, adiós, 1971). Sin olvidar su aportación a Torrejón City, (León Klimovsky, 1962), curioso eurowestern estatal con Tony Leblanc encarnando tanto al honrado sheriff Tom como al peligroso bandido Tim.
Aunque nunca hizo otro largometraje, todavía filmó varias piezas breves como realizador, algunas de las cuales se presumen altamente delirantes: la historia de ciencia-ficción El robot embustero (1966), sobre una narración de Isaac Asimov; La amante estelar (1968), interpretada por Claudia Cardinale, Lola Gaos, Marisa Paredes y Barbara Steele; Entre la memoria y el sueño (1969), con Elena Arnao, Jaime Chávarri y Fernando Méndez-Leite; y Después del tiempo (experiencias) (1969), coescrito con Manolo González, hermano del actor Agustín González y bajista de Los Brincos.
2 comentarios:
muy interesante! No he llegado a ver esa peli del 'bigote', más que nada porque intuyo que sólo podré acercarme a ella desde los archivos de la filmoteca, y ya sabemos que el famoso horario de funcionarios no concuerda con la vida normal... aún así me pasé medio verano allí para preparar el dea, la tesina, que iba de otro señor - colega de Tono, Neville.
Saludos!!
os sigo...
Aviador DeLuxe
¡Hola Nico!
La verdad es que, aunque "Tono", Jardiel Poncela, etc., me gustán mucho, Neville juega ya en otra liga (cinematográfica, quiero decir). Aunque sólo hubiera hecho "La torre de los siete jorobados" ya sería un director extraordinario, ¿no crees?
Es una pena, no tengo ninguna copia de "Un bigote para dos".
¿Qué tal el rodaje?
Un abrazo.
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